Hoy más que nunca la sociedad está demostrando que el valor reside en las personas. El COVID-19 ha llegado de forma brusca paralizando nuestra vida, afectando nuestra salud y también nuestro trabajo, pero le estamos haciendo frente con fuerza y esperanza.
Miramos cara a cara esta pandemia y lo hacemos con la ayuda de empresas que han paralizado toda su producción para poner a disposición de la sociedad su maquinaria, instalaciones, experiencia y empleados para ayudar en esta crisis. Con la predisposición de los agricultores que siguen cuidando sus cosechas, con los kilómetros acumulados de los transportistas que abastecen a todo un país de alimentos, con la valentía del personal de los supermercados, de las farmacias… A todos ellos, gracias.
La lucha mano a mano que mantiene cada día contra el virus el personal sanitario de nuestro país es admirable. Cada persona que supera el Coronavirus es una pequeña victoria que nos da esperanza. Ellos son la fuente de inspiración y nos recuerdan cada día el motivo de por qué estamos en casa. ¡Gracias!
No podemos olvidar el sacrificio de algunos de nuestros socios, tanto aquellos pertenecientes a los sectores que están en primera línea como aquellos que decidieron cesar o disminuir su actividad por el bien común y por la salud de sus trabajadores sin saber qué les deparará el mañana.
Esperamos que este confinamiento nos haga valorar, más si cabe, las pequeñas cosas. Un trato amable, un abrazo, un gracias… La necesidad de cuidar de nuestro bien más preciado, LAS PERSONAS.
Deseando una pronta recuperación a los enfermos, enviamos fuerza a sus familiares y seguimos con la esperanza de que la vuelta a la normalidad está cada vez más cerca.
Un fuerte abrazo,
El equipo de DEC