Tres revoluciones silenciosas que están redibujando el mapa del Customer Experience
El futuro de la CX ya no solo se construye comprendiendo las necesidades y deseos de los clientes, sino con datos biométricos, decisiones algorítmicas y estándares inclusivos. A lo largo de las últimas sesiones del Comité de Innovación de DEC, se han consolidado tres tendencias que marcan un antes y un después en la relación entre consumidores, marcas y tecnología. No son modas. Son estructuras emergentes. Y las empresas que las entiendan a tiempo no solo optimizarán resultados: construirán ventaja competitiva duradera.
CX Biometric-Data-Driven: la personalización que empieza en el cuerpo
El mercado global de la autenticación biométrica alcanzará los 9.210 millones de dólares en 2029, con especial peso en los sectores financiero, retail y salud. Pero más allá de la seguridad, lo que está ocurriendo es un rediseño profundo de la experiencia: una hiperpersonalización construida desde la identidad biológica y comportamental del cliente.
- Las tecnologías biométricas se consolidan como eje de la experiencia digital segura y personalizada: el 63% de los usuarios compartiría sus datos biométricos a cambio de hiperpersonalización, y el 81% considera la biometría el método más seguro.
- La biometría de voz ya mejora la experiencia en sectores regulados: Endesa y BBVA han implementado soluciones de autenticación vocal con resultados tangibles como una reducción del 68% en tiempo por operación, +41% en NPS del canal y más de 2,5 millones de procesos completados con éxito.
- En retail físico, Amazon y JP Morgan ya ofrecen experiencias de pago sin intervención, basadas en rostro o palma de la mano, con niveles de satisfacción del 92%
El desafío ya no es solo técnico, sino ético y normativo. El 45% de los consumidores teme un uso indebido de sus datos biométricos. Por eso, integrar principios de privacy by design y diseñar experiencias que expliquen qué se captura y por qué, es una exigencia ineludible
Employee–Customer Experience: el círculo virtuoso que empieza desde dentro
Durante años se ha hablado de la conexión entre experiencia de empleado (EX) y experiencia de cliente (CX), pero nunca antes se había cuantificado su impacto con tanta claridad:
La integración entre experiencia del empleado (EX) y del cliente (CX) es una palanca crítica para el sector servicios en España, que representa el 75% del empleo y el 33% del PIB:
- Las empresas con empleados motivados tienen un 87% menos de rotación, mejoran un 21% su rentabilidad, y aquellas que invierten en formación logran +25% en resolución de problemas.
- Un aumento del 10% en el bienestar del empleado aumenta la satisfacción del cliente en un 22%.
- Cuando los empleados están motivados y alineados con los valores de la empresa, se convierten en embajadores auténticos de la marca, lo que mejora la percepción del cliente y la reputación de la empresa en el mercado
Iberdrola y Decathlon han demostrado que conectar EX y CX mediante bienestar, autonomía y propósito impulsa resultados tangibles, generando una CX sólida y emocional.
- Iberdrola redujo un 87% las reclamaciones, aumentó un 15% la conversión y elevó su NPS 23 puntos sobre la media del sector.
- Decathlon logró un 92% de satisfacción interna en atención al cliente, un -25% en rotación y un +18% en conversión, alineando motivación, conocimiento de producto y KPIs comerciales.
Además, herramientas como Qualtrics, InMoment o Medallia permiten cruzar métricas internas (eNPS, clima, engagement) con indicadores de CX (NPS, CES, churn), revelando relaciones causales y oportunidades de mejora antes invisibles
Cerrar la brecha entre experiencia del empleado (EX) y del cliente (CX) requiere tratar la EX como una palanca de negocio y conectar métricas como eNPS y NPS para impulsar mejoras continuas. La clave está en activar programas de bienestar, formación y reconocimiento, escuchar de forma estructurada la voz del empleado y transformar ese feedback en rediseño de experiencia. Una estrategia EX–CX bien integrada mejora productividad, reduce rotación y potencia la calidad del servicio desde dentro.
La economía de la impaciencia: cuando la experiencia es ahora o nunca
Vivimos en la era del “on demand”, pero no solo en entretenimiento. El consumidor actual no espera, ni perdona:
- 82% de los clientes espera una respuesta inmediata de las marcas, y el 60% abandona una compra si no recibe asistencia al momento.
- Solo el 21% de las empresas aplica una estrategia omnicanal real, pese a que esta puede multiplicar por 23 las tasas de satisfacción.
- La IA conversacional ya resuelve el 66% de las consultas de servicio en tiempo real. Y se estima que en 2025 alcanzará el 65,7% de cobertura automatizada total
La conexión entre deseo inmediato e inmediatez logística redefine el journey de compra: Iniciativas como TikTok Shop, Walmart Live o el canal de streaming de Zara permiten activar compras en tiempo real (+800.000 telespectadores por sesión), mientras que Carrefour, Glovo y Just Eat exploran entregas en 30 minutos o incluso en menos de 3 con drones. ¿El resultado? Un nuevo ciclo de conversión exprés, desde la inspiración hasta la recepción del producto.
En la economía de la impaciencia, anticiparse ya no es diferencial: es obligatorio. Las marcas deben construir ecosistemas CX basados en respuestas proactivas, hiperpersonalización emocional y canales digitales siempre activos, integrando tecnologías logísticas como drones y activando la influencia contextual en redes donde el 71% ha cmoprado alguna vez vía live shopping.
Tres palancas para liderar lo que viene
- Del dato al diseño biológico: integrar biometría, contexto y hábitos como variables clave del diseño de experiencia.
- Del empleado al embajador: formar, conectar y empoderar a quienes hacen realidad la promesa de marca, y que eso se traduzca en mayor rentabilidad y resultados.
- De la atención a la activación invisible: estar donde el cliente no te busca, pero te necesita.